Días Grises

Al parecer los días grises nos han alcanzado por completo. Es casi imposible salir y ver al cielo en busca del sol. Se extrañan esos “atardeceres gloriosos” de los que hablaba Mendez o los amores de verano que tanta emoción efñimera nos dan. Pero así es Lima. Cada invierno llega más fria, más gris, más insegura. Sin embargo es impoosible no entregarse a ella. Muchas veces de forma resignada, y tan solo en unas cuantas ocasiones con afeecto.

Pero hay algo que ha estado pasando por mi mente estos días. Algo que no concibo y no logro entender: Que entre mis días más ansiados están esos que acontecieron en días grises. Es absurdo pensar que solía amar los días grises, que era feliz cuando el sol se ocultaba y parecía lejano. Que pedía a gritos cada verano que me devolvieran “esas tardes de inspiración”. Esas tardes de niebla y garúa que me enaltecían el alma.

Hoy ya no es más así. La palabra “invierno” me da alergia y el cielo gris de Lima simplemente se me hace absurdo. No creo más en los inviernos.

Si perdieras todo lo que tienes

Estaba a punto de escribir un poco de cotidiniadidades, pero no me veo haciéndolo. Siempre me he visto volviendo a la poesía, pero siento que necesito un mal de amor para eso, y sí, hace mucho no tengo ninguna dolencia amorosa. Hace mucho, si quiera no me gusta ni me ilusiona alguien como para pensar de una forma romántica o cursi. A veces siento que todo el romance de mi vida se fue trás aquellas páginas y páginas que solía escribir de adolescente. O tal vez puede que caí en algún hechizco en alguno de los bosques eencantados en los que caminé solo.

Entonces hoy voy a escribir sobre tus ojos. Sobre los secretos que ellos guardaban tan discretamente. Sobre aquel brillo de dolor con el que a veces miraban el vacío. Eras tan buena actriz, pero tus ojos nunca pudieron hacer una sola obra de teatro. Tus ojos eran tan sinceros que cada vez que parpadeabas el mundo simplemente perdía la verdad. Y es que ni Neruda hubiera podido describir aquella mirada eterna.

Alfajores y mate v2

Este ha sido uno de los inviernos más crudos en los últimos años. Podría decir que casi tan frío como el invierno del 2017. Hace unos días sentí que me faltaba lo que siempre alivia la absurda humedad de Lima: Un poco de yerba mate y unos alfajores de maicena. También podría decir que charla con algunos amigos, pero la verdad es que últimamente no hay tiempo para eso.

También he estado pensando en que hace un año andaba muy mal. Que buena suerte que ya no es así. Cuando la depresión llega como una sombra a tu vida, a medida sueles pensar que nunca se irá. Y lo cierto es que, aunque hayan días de mucha oscuridad, el sol siempre vuelve a salir.

¡Qué alegría poder dissfrutar estos alfajores y un sorbo más de mate!

Flores que viven un solo día

Amo la pasión de mi madre por sus plantas. Es como si cada día encontrara algo nuevo en su jardín. Cada vez que sale una flor, ella está atenta y no cohibe su emoción para invitarte a ver aún el más minusculo nuevo desubrimiento. Con sinceridad a veces no le tomaba importancia a aquellos anuncios.

Un dia me habló de una flor que era particularmente hermosa, y como yo estaba muy ocupado le dije “más tarde la veo”. Aquel día durante el almuerzo me repitió que salga a verla, pero me encontraba en mis propias cosas y no me tomé el tiempo de verla Tan solo un día después mientras la veía trabajar en su jardín, le pedí que me mostrara aquella hermosa flor de la que me había hablado el día anterior. Ella me dijo con mucha ternura, “esa flor vive tan solo un día”.

Al parecer hay muchas especies de flores que viven solo un día algunas, incluso, solo una noche. Lo mismo pasa con algunas situaciones y personas, tan solo están muy poco tiempo en nuestras vidas.

Segruamente la próxima vez que nazca una nueva flor iré a verla el mismo instante, como también lo haré cuando tenga que vivir algo o estar con alguien. Al final no sé si mañana ya no estará.

Grateful

Tomo un sorbo de mate y presto atención a la música que suena en mi computadora. A lo lejos los grillos cantan. La noche está despejada, tranquila como pocas veces en Lima. Miro por la ventana la luna en su fase más alegre. Ojalá se vieran un poco más las estrellas, aunque con como están, es suficiente. Es perfecto, todo es perfecto ¡Estoy vivo! Y me siento muy bien. Hace unos meses este sentimiento se veía tan lejano, que algunos días solo temía no volver a ser el mismo ¡Gracias Dios! ¡Gracias familia! ¡Gracias amigos! Gracias a todos aquellos que supieron estar cuando no podía verme a mi mismo. Gracias por darme el coraje para seguir.

Todas tus cicatrices

Y tenía muchas heridas, miles de las cuales habían sido hechas en tontas batallas. Pero la más profunda de todas era una que tenía cerca del corazón, una que brillaba como nada que haya visto en mi vida. Me dijo que había sido hecha por algo que pensó que era amor. Por algo que la lastimó un día hasta casi la muerte. Que desde ese momento había dejado de confiar, de creer, siquiera, en la posibilidad de entregar amor al cielo.

La miré y le dije: Dame de ese amor roto, que a mi me gustas con todas y esas cicatrices.

Sanando

A pesar de que no podría decir que estoy sano, me alegra muchísimo pensar que estoy en el proceso, que cada día puedo ver avance. Cada día trabajo más en mi y para mi. Me ha costado mucho aceptarmem ha sido duro, aunque suene algo muy raro, nunca pensé que al otro lado de la depresión iba a encontrarme con un “yo” que no me gustaba.

Y aunque suene feo lo escrito lineas arriba, me gusta pensar que ese es el proposito de todo eso. Que todo tenía sentido. Que este proceso no ha sido en vano. Estuve ahí para aprender algo. Me alegra que incluso en esta instancia ya soy mejor persona. No sé lo que me espere más adelante, pero me alegra mucho ser un poco mejor de lo que era en dos meses y haber aprendido todo lo que he aprendido.

Aunque esto no le sonaría bien a mi “yo de semanas atrás” me siento agradecido por todo lo que he avanzado. Sé que todo esto no ha sido en vano me alegra que se así.

Nightmare

Eres una de las pesadillas más recurrentes y frías que he tenido. Solías asustarme como no tienes idea. Solía temblar con el solo hecho de verte llegar y poner todos mis sueños de cabeza. Te aparecías una madrugada cualquiera y de pronto dejaba de sentir. La paz se iba y los fantasmas empezaban a hacer colas para asustarme. Pero ¿Sabes algo? He aprendido que las pesadillas son parte de los sueños. Y aunque algunas veces parezcan eternas, un día terminan.

Espejo

Creo que estos días no he querido escribir porque la última vez que lo hice me senti realmente terrible después de hacerlo. Lo hice creyéndome el valiente y después tuve toda una escena que no vale la pena recordar. Lo único que tengo que mencionar es que mientras me veía al espejo no me reconocí. No me ví en mi reflejo, simplemente era un extraño con la mirada perdida y llena de dolor. En otra ocasión algunos días después mientras estaba bailando con una cumbia mexicana que había escuchado recientemente me encontré. Puede que no sea la persona más sonriente ni payasa del mundo, pero no, no me veo en ese contraste negativo. No soy yo cuando estoy con depresión.

Hoy después de la tormenta (y lo digo con miedo de arrepentirme después) puedo decir que todo sucede por algo. Va a sonar duro para mi “yo de hace algunas semanas#, pero, si, hay cosas que debo mejorar. Como hablé con mi terapeuta, hay hábitos que cambiar. Y me he estado esforzando como no te imaginas. Y sí, han surgido algunos otros problemas de los que no quiero escribir hoy, pero espero que se solucionen pronto.

Sobre todo esto, me queda gratitud con Dios, con mi mamá, mis hermanas, algunos amigos del momento. Esos que han sabido estar ahi y quedarse. Esos que han estado preguntando a menudo cómo estoy aunque solo sea una breve pregunta. En su momento fue muy importante. He sentido como me llevaban hacia la luz en momentos en los que no he podido ni caminar.

La próxima vez que me mire al espejo probablemente sonreiré y me diré a mi mismo: Lo estamos logrando, estamos saliendo de esto, y no solo eso, si no que ya somos mejor persona.

Frustra(depre)ción

Con esta semana, son casi cuatro semanas que vengo lidiando con la depresión. Me gustaría decir que es una lucha, pero simplemente a veces no tengo ganas de luchar. A veces sentimientos de frustración me embargan porque simplemente no quiero esto más en mi vida. Aunque estoy viendo progreso. En momentos como estos siento que vuelvo a dar pasos de reversa. Siento que no podré con esto. Que no veré más la luz.

Me siento frustrado por escribir sobre esto, porque pensé: “Voy a escribir sobre estos en algunas semanas en las que esté mejor.” Pero simplemente llegan días como los de ayer y simplemente todo parece mal.

Anoche me disponía a ir a visitar a un amigo y aunque me sentía muy animado de hacerlo al llegar a tomar el segundo bus que me llevaría a su casa empecé a sentir un miedo irracional y una angustia aún peor. Simplemente sentí que no podía ir. Como cuando sientes que algo malo va a pasar, pero sí, sin razón. Esta debió haber sido una bonita noche de risas y de chistes sin sentido sobre nosotros, pero en cambio terminó conmigo, caminando hacia el siguiente paradero para tomar el bus de vuelta a casa. Con lágrimas en los ojos y temblando.

Hoy aún he amanecido con esa angustia. Me cuesta tener el entusiasmo que habpia empezado a experimentar estos días. He amanecido nuevamente como después de un duelo. Como si hubiera llorado toda la noche y aún quedaría mucho que soltar. Me siento muy agradecido por todos los amigos que me han leido. Por esos amigos que han estado ahí para mi. Leyéndome, aún sin comprenderme. Escuhándome aún sin saber que decir.

Esto duele mucho ahora en este momento. Espero que deje de doler pronto.